Toda clase de desperdicios aparecen desperdigados bajo casas endebles en las riberas del estero de Puerto Lisa, en el sur de Guayaquil. El olor pestilente se combina con la basura que además flota en la zona. Allí, tubos de aguas servidas asoman con salida directa desde varios domicilios al brazo de mar.
En ese escenario se observan tablas de madera vieja, fundas, botellas, pañales, latas y más deperdicios que van siendo recogidos por una cuadrilla de la empresa de limpieza Visolit, el lunes 11. Por estrechos callejones acceden al tramo de estero al que se imposibilita llegar en sus botes por la marea baja.
En medio de la pestilencia llenaban sacos en el estero que se mantiene contaminado.
Un escenario similar se da con basura que va moviéndose lentamente al ritmo de la marea en los bajos del puente de la A, en el sector del Cisne 2 y del puente de la 4 de Noviembre, en La Chala, en el sur.
Muchos han sido los intentos estatales y locales para recuperar el brazo de mar, desde mingas y campañas de concienciación, superoxigenación del estero, reubicación de viviendas, construcción de malecones e islas flotantes para oxigenar y descontaminar el afluente. La lucha parecería insuficiente y aún larga para su finalización.
La actualidad aún dista del anhelo del expresidente Rafael Correa, quien en una sabatina del 2013 dijo que esperaba bañarse en abril de 2017 cuando esté recuperado el estero como parte del proyecto Guayaquil Ecológico. Aquello no se dio.
Este pulmón de Guayaquil sigue sufriendo de descargas y contaminación por basura, asienta Bolívar Coloma, director municipal de Ambiente.
Refiere que con Interagua se prevé completar el proyecto de universalización del alcantarillado sanitario en las riberas del brazo de mar hasta el 2019.
Marcela Montaño, vecina de la cooperativa Independencia II, en la isla Trinitaria, lamenta que los vecinos sigan lanzando desperdicios al estero El Muerto, donde ella vive.
“El olor es insoportable, es algo de todos los días por más que pasa el camión de basura, lo hacen”, menciona ella, mientras personal de la empresa Visolit llena más de una docena de fundas con desperdicios en las riberas. Así evitan que en marea alta sea llevado por el agua.
En otra orilla del sur, en el estero Las Ranas, entre Las Malvinas y el Cristo del Consuelo, las aguas de un ducto cajón desembocan en el brazo de mar. En la orilla del verdoso y angosto canal, las ratas pasan y en época invernal proliferan al igual que los malos olores, dice Edith Cabrera.
Más al sur, en el sector de Centinela de Cuba, en el Guasmo sur, un tramo del estero Covina ha ido variando su profundidad por relleno de asentamientos que van achicando la entrada y salida de agua. Se han formado islotes de fango, asoman sillas, partes de electrodomésticos y desperdicios que llevan años, dice Maritza Saltos. “No tenemos dónde ir, tenemos que acostumbrarnos”, dice su vecino, Braulio Montesdeoca, quien al pie del estero tiene un pozo séptico que contamina por filtración.
Cerca de esa zona, en las cooperativas Velasco Ibarra y Miami Beach, del Guasmo sur, un amplio estero tiene en sus orillas basura como inodoros y maletas. Eso se mezcla con el paso de agua burbujeante.
El tono del estero se visualiza desde una imagen de Google Maps. Un verde gris llamativo llama la atención en la zona del estero de Puerto Lisa, entre La Chala y Barrio Lindo, del sur.
En esta última zona, Lourdes y Mariana Lindao reclaman atención de autoridades, en las calles 16 y 4 de Noviembre. “Hay gente que viene de otras partes a echar basura”, dicen.
En zonas del norte como Miraflores y Urdesa los olores se filtran a las casas. “Vivimos con ventanas cerradas, no se puede comer con el olor”, dice Doris Pincay, de Mapasingue este, otra zona afectada.
Para Coloma hay “una evaluación” que denota mejoras en el estero. “Hay una disminución del 30% de los índices de contaminación en demanda bioquímica de oxígeno y en coliformes fecales”.
Agrega que hay una recuperacíon de casi un 40% de hectáreas en varias zonas del norte, como Miraflores, dice. (I)
Fuente: https://www.eluniverso.com/guayaquil/2018/06/17/nota/6814070/estero-salado-sigue-sucio-pese-planes-limpieza-promesas
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