Cuando escuchamos la palabra limón, es como escuchar el sinónimo de salud. Pues sabemos de manera tradicional que cuando algún virus gripal nos quiera atacar lo primero que se nos viene a la mente es ingerir una limonada bien cargada.
James Cook, el famoso navegante del siglo XVIII que descubrió Nueva Zelanda y las islas Hawai, hacía que todos sus marineros llevaran consigo unos cuantos limones en su equipaje y aunque no se conocían las vitaminas; pero su agudo instinto le había hecho intuir que el limón podía residir el secreto que evitara el escorbuto (enfermedad causada por falta de Vitamina C), de su tripulación.
Y efectivamente, el capitán Cook acertó, sus marineros resistían la dureza de los largos viajes transoceánicos, con mayor fortaleza que cualesquiera otros, que caían víctimas del escorbuto.
En 1928, el químico húngaro Albert Szent-Gÿorgyi logró aislar el ácido ascórbico y que se denominó "vitamina C", descubrimiento lo llevó a ser ganador del Premio Nobel en 1937. En las últimas décadas se han descubierto otras muchas virtudes y propiedades medicinales del limón, mencionaremos las más importantes y que se han comprobado científicamente.
1. Antiescorbútico: Es la propiedad más importante del limón, debido a su contenido en vitamina C. Aunque hay vegetales que presentan mucha mayor concentración de esta vitamina como el escaramujo y el grosellero, el efecto antiescorbútico del limón es muy marcado debido a su equilibrada composición en sales minerales y ácidos orgánicos.
2. Cosmético: El jugo de limón suaviza e hidrata la piel, fortalece las uñas débiles, y da brillo al cabello, además de disminuir la caspa.
3. Tonificante: Por su contenido en vitaminas, sales y minerales, el limón estimula la actividad de los órganos digestivos y tiene un efecto revitalizante sobre todo el organismo. Esta fruta conviene consumir a quienes sufren de dispepsia (digestión difícil), y por paradójico que parezca a quienes padecen de acidez de estómago, el limón se comporta como un antófero y es capaz de neutralizar tanto el exceso de álcalis como el de ácido.
En caso de indigestión o empacho, constituye un remedio popular el administrar el jugo de un limón disuelto en medio vaso de agua con una cucharadita de bicarbonato sódico.
4. Disolvente de cálculos renales: Los citratos contenidos en el jugo de limón, especialmente el citrato potásico, impiden la formación de cálculos renales y facilitan su disolución. Esto ha sido comprobado en experimentos científicos, tanto con cálculos de urato como de oxalato (los tipos de cálculos más frecuentes).
Esta propiedad de los citratos, combinada con la acción alcalinizante descrita, hace del jugo (zumo) de limon una auténtica medicina para los enfermos del riñón.
5. Protector capilar y venotónico: Por su contenido en hesperidina, diosmina y otros flavonoides, de acción similar a la vitamina P, el limón refuerza la estabilidad de los vasos capilares y mejora la circulación venosa. Resulta útil en los casos de hinchazón de las piernas, edemas, varices, hemorroides, trombosis, embolias,. Resulta muy aconsejable para los hipertensos.
6. Antiséptico: Aplicado directamente el jugo de limón sobre las amígdalas o el interior de la nariz, mediante una torunda de algodón empapada en su jugo, hace desaparecer los bacilos diftéricos portadores de esta enfermedad. Este hecho ha sido comprobado personalmente por el médico Ernst Schneider y coincide con otras experiencias que muestran el poder bactericida del limón.
Aplicado localmente, el jugo de limón resulta muy útil contra la amigdalitis y faringitis. De igual forma resulta beneficioso como antiséptico para todo tipo de heridas y úlceras cutáneas.
Fuente: Enciclopedia de las Plantas Medicinales - Biblioteca Educación y Salud, Tomo I.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario